
Los puntos verdes ya son parte de una imagen típica de la ciudad de Monte Cristo. En total se colocaron 30 contenedores mediante una iniciativa municipal durante el 2018 que fueron acompañados por acciones de concientización.
En diálogo con Hablando Claro, Luisa Zampini, encargada del Área de Ambiente de la Municipalidad de Monte Cristo, expresó su conformidad por la gran participación que tiene la mayoría de los vecinos en esta causa y realizó un balance satisfactorio.
En un principio, cuando colocaron los contenedores, se comenzó a probar «si la gente se adaptaba o no» y, según el uso que les daban los vecinos, iban posicionándolos en otros sectores de diferentes barrios.
«Había ubicaciones en la que la gente nunca tiró material; pero hay otros lugares que respondieron excelente, a tal punto que la recolección era prácticamente diaria por la gran cantidad de cartón que depositaban»

Los vecinos supieron apropiarse de los puntos verdes y defendieron la iniciativa frente a quienes no pudieron adecuarse a la separación de residuos.
«Tiraban por ejemplo residuos de baño, bolsas con papel higiénico y otros elementos, que dentro del contenedor con cartón se contamina por completo», detalló Zampini.
Fue a partir de ese momento que comenzaron a notar el gran contrato que se estaba formando entre los vecinos y el reciclaje. Sumado a esto, aparecieron otros fines más allá del principal objetivo municipal: «Personas que se dedican a esto van y se sirven del contenedor, entonces tiene más fines educativos que material de venta desde el punto de vista municipal».

«Incluso hubo personas que venían a consultarnos sobre los criterios de separación y sobre otros tipos de residuos para explicarle a sus hijos. Es interesante, porque le enseñan a los chicos qué es la separación domiciliaria, y por ahí cuando los chicos ven a un adulto tirando algo indebido lo retan»

Si bien existen sectores problemáticos como los ubicados cerca de los comercios que «tienen la maña de tirar todos sus restos» en los contenedores, estos son cambiados de lugar y terminan teniendo, de la misma forma que los del Parque Central y la Plaza, «una excelente respuesta».
Otro de los objetivos que no se programó inicialmente, pero surgió a partir del compromiso social, fue que desde la Municipalidad logran tener parámetros la conciencia del consumo.
«Los fines de semana, sobre todo, hay más cantidad de botellas de gaseosa o latas. Y encontrás ese material lavado por los propios consumidores. Vemos el consumo que ellos tienen y que son conscientes de ello, saben que hay que hacer algo con el residuo que producen», relató Zampini.

Punto verde creativo
En las inmediaciones de la Biblioteca, colocaron un «punto verde creativo», con fines lúdicos: «es un punto verde educativo, donde en un contenedor podes poner la botella, en otro las latas, y así aprender».
Luisa Zampini sabe que se trata de un «tema candente» por lo que no dejan de llegar a la Municipalidad nuevas propuestas sobre agregar más puntos o de diferentes facetas de trabajo. «Mes a mes, va mejorando y se va encontrando más material reciclado y no tanta basura común», enfatizó orgullosa.
«Le agradezco sumamente a los vecinos porque la respuesta fue excelente, gracias a ellos el proyecto está en marcha y continuaremos dispuestos a escuchar todos los aportes que quieran hacer. Sabemos que es la punta del ovillo: empezamos con el reciclado pero después ves como se abren otras puertas», concluyó Zampini.
