
La Confederación de Asociaciones de Diálisis de la República Argentina (Cadra) denunció la falta de financiamiento por parte de Pami, incluir Salud y obras sociales provinciales para el tratamiento en centros de diálisis privados distribuidos en todo el país.
La problemática financiera radica en que no hay equidad entre la retribución y la prestación, por lo que los centros no llegan a cubrir los gastos.
Si bien la crisis financiera comenzó el año pasado, la disparada del dólar -los insumos son en moneda estadounidense-, la suba del índice de precios al consumidor, el aumento del valor de la energía y demás servicios conformaron un cocktail explosivo.
Desde el Cadra explicaron que cada tratamiento cuesta 100 dólares, de los cuales un 90 por ciento corresponde a gastos y el 10 restante a rentabilidad. Pero, en la actualidad, lo están cobrando 3.000 pesos, es decir, aproximadamente entre 60 y 70 dólares.
Es más: el valor de la sesión se incrementó el 32 por ciento durante 2018 y en ese mismo período el dólar superó el 120%.
En ese sentido, fuentes de Pami reconocieron que hubo un ajuste para los centros de diálisis. Además, según la resolución 432 del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP), las prestaciones en febrero solo aumentaron un 2 por ciento sobre junio de 2018.
En la provincia de Buenos Aires hay 54 centros que albergan a 2.572 pacientes que se encuentran realizando diálisis. Mientras que a nivel nacional, los sitios para llevar a cabo el tratamiento son 300 y hay más de 30.000 personas que reciben la prestación.
En tanto, si bien desde el instituto presidido por Sergio Cassinotti aseguraron que no cerrará ningún centro, el titular de Cadra advirtió que la situación es crítica en establecimientos ubicados en Cañuelas (Provincia de Buenos Aires), Malargüe (Mendoza) y Paraná (Entre Ríos).
Vía País