
El Instituto Olga Cossettini de la localidad de Río Primero, viene desarrollando desde hace un tiempo, una forma de evaluar a sus alumnos de nivel inicial y primario diferente a las de los demás institutos educativos.
Se trata de evaluar las capacidades que el niño va desarrollando durante el proceso escolar. En ese sentido, se resalta en lo que el niño tiene capacidad, tanto en disciplinas que no están dentro de la currícula educativa como baile o canto; o en las disciplinas curriculares como matemática, lengua o ciencias.
En diálogo con Hablando Claro, Gabriela Rodríguez, docente desde hace 18 años y directora del Instituto, explicó:
«Si son buenos en matemática y les cuesta mucho lengua, se trata de llegar a la lengua a través de la matemática, a través de eso que a ellos les gusta»
Con respecto a lo que genera en el niño esta modalidad de evaluación, la docente detalló que esto les levanta el autoestima, haciendo que adquieran más seguridad y comprensión:
«El niño, cuando entra a un secundario y se encuentra con notas y fracasos, no lo vuelve a intentar, directamente abandona. Por eso la idea es que ellos puedan continuar subrayando en lo que son buenos»
Hoy en día, dentro del plan de educación, se encuentra esta modalidad de desarrollar la capacidad fundamental para poder relacionarla con la que más les cuesta a los niños. Sin embargo, los docentes son preparados para continuar con las formas comunes de evaluación:
«Nos preparan para un aula, con todos los chicos juntos, con un sólo contenido, con una pizarra. No para trabajar individualmente ni con plurigrado, porque las escuelas generalmente son muy numerosas», describió Gabriela Rodriguez.
Los docentes del Instituto Olga Cossettini, están capacitándose constantemente, para poder trabajar con grupos de 15 niños a fin de llevar adelante la modalidad de enseñanza y evaluación que proponen. A su vez, no se dejan de lado las enseñanzas clásicas en las materias curriculares:
«Porque si el niño decide cambiarse de escuela, no debe tener dificultades en el cambio. Lo único que cambiamos es la forma de enseñar y evaluar. Cuando llegan a sexto grado, se les muestran distintos tipos de evaluaciones con que se pueden encontrar a nivel secundario, para que sepan lo que es la presión de una evaluación», agregó la directora.
Desde el instituto, afirman que «si bien costó un tiempo, porque todos estamos muy estructurados y acostumbrados a la competencia con el número, la respuesta de los padres es favorable». En ese sentido, al momento de brindar los resultados de la evaluación, todo el grupo de educadores se reúne con la familia y con el niño, para «explicar y fundamentar cuales son los procesos que se deben llevar a cabo».
A su vez, Gabriela Rodríguez cuenta que a los padres se les solicita no poner en penitencia a los niños cuando incumplieron cualquier tipo de norma:
«Le decimos a los padres que no los priven de lo que les da autoestima, de lo que los hace sentir importantes. Que les pongan otras responsabilidades, pero que no le quiten en lo que son buenos»
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