Cada 11 de septiembre festejamos el Día del Maestro. Sin embargo, en Argentina, hay otro día en el cuál celebramos la enseñanza. Ese día es hoy, 17 de septiembre, el Día del Profesor.
Esta fecha surge a partir del día del fallecimiento de José Manuel Estrada, escritor, publicista, orador y brillante profesor que nació en Buenos Aires el 13 de julio de 1842 y murió en Paraguay el 17 de septiembre de 1894, a los 52 años.
Desde Hablando Claro, queremos volver a compartir la historia de un profesor que vive entre nosotros y quién, cada día, enseña a través de sus acciones.
Gustavo Romero es profesor de Pedagogía del CEM de Villa Santa Rosa y da clases con la hija de su alumna en brazos. Él dice que es común que sus aulas estén rodeadas por niños corriendo.
«Es una forma en la que uno se para al pensar la educación» exclama, consciente de lo mucho que ayudan sus pequeños actos a una madre que quiere terminar sus estudios.
El profe Gustavo cree que nunca existen impedimentos para estudiar. «Hoy estamos en una situación en la que es necesario superarnos. El espacio de seguir educándose es una de las mayores posibilidades».
«No soy una excepción. Cualquier docente que este frente un aula tiene la misma predisposición que tengo yo tanto para el niño como para el estudiante. Porque nos formamos y yo los formo a ellos para que sean de la misma manera»
Además, entiende que las mujeres muchas veces se encuentran ante un ambiente hostil cuando quieren estudiar y ser madres al mismo tiempo. «El problema real se plantea en que las dificultades están siempre frente a las mujeres, no para los hombres». Y agrega que, para transformar esta realidad, los hombres también deben ser parte del cuidado del niño y, más aún, si la mamá quiere estudiar.
«Si les tengo que decir algo, diría que siempre se animen, que no hay imposibilidad y se puede hacer» concluye Gustavo.
Celebramos todos los días este tipo de acciones que refuerzan la empatía en sociedad y contagian ganas de ayudar al otro. En el día de la fecha, homenajeamos a todos esos profesores que nos marcaron de por vida y que, como el profe Gustavo, nos acompañaron en nuestro camino de estudiantes.