Preso en su cuerpo: «Anabella me dio la valentía para ser Luciano»

La historia de un joven santarroseño que será el primer hombre trans

  • 19 septiembre, 2018
  • Carla Ludueña Francetic

Luciano Acosta es un joven de 28 años que es oriundo de una de las localidades del Departamento Río Primero. Es el primer hombre transgénero.

Nació, se crió y estudió en Villa Santa Rosa como mujer. Él afirma que esto es (re) nacer, y no es para nada fácil ya que, en los pueblos resaltan -en ciertos sectores- algunos prejuicios y estructuras muy difíciles de actualizar.

Luciano contó a Hablando Claro, cómo fue vivir «encerrado» en un cuerpo equivocado y relató de qué manera vive el día a día en su transición.

La entrevista tuvo una extensión de casi tres horas en donde fuimos construyendo puentes entre Anabella y Luciano.

«Esa chica es rara»

Él recuerda su niñez como una etapa con gran confusión, aunque luego de cumplir 11 años comenzó a identificar y a reconocer que sentía  atracción homosexual.

» Lo feo que era para mí estar en una barrita de chicos que le silbaban a las nenas y yo ser uno de esos. Tenía 11″, señaló.

Luciano afirma que a la niñez la pasó, pero al llegar la pubertad comenzaron las molestias. «Lo padeces mucho en la adolescencia. En las salidas…no veía la hora de decirlo», comentó.

La «cholito» era una copia de Anabella, así lo comentó él,  recuerda que usaba la gorra para atrás y el buzo en la cintura.

La machona, la marimacho, o la tortillera eran casi sinónimos de Anabella. Así lo contó Luciano quien remarcó que a él no le importó/importa lo que digan los demás. «Sí sufro por mi familia», lamentó.

Lucho expresó que pasó con Anabella gran parte de la adolescencia en la ciudad de Córdoba, «porque ahí te liberas y estás como en casa». En la ciudad había conocido a su primera pareja, otra mujer, claro todavía ella no había hablado con su familia. Hasta ese momento su orientación sexual era un «secreto». Cuenta que sus tías le decían a su mamá «esa chica es rara».

«Siempre evitaron preguntarme. Pasó que en una situación muy personal tuve que contarlo, se los dije porque no aguantaba más».

 

«Parezco un travesti»

Lucho señaló que cuando pasaba por la adolescencia tuvo que enfrentarse a lo más duro y el tema de la vestimenta fue «el tema». «Porque antes un pantalón una camisita y listo», apuntó.

Además explicó que no se encontraba, «no se hallaba con esa ropa» y por eso comenzó a vestirse con ropa masculina.

«Cuando hice mi cambio de vestimenta le dije a mis amigos, ‘no me vistan más como mujer parezco un travesti'»

Para Luciano el paso más importante fue cortarse el pelo, dijo que amaba su pelo largo. Pero que necesitaba hacerlo, que dijo: «basta, basta y me corté».

La ropa, el cabello y el aspecto general no solo le da un toque particular a nuestra personalidad, sino que también nos identifica. Luciano no se sentía cómodo con ropa femenina, «no se encontraba».

Al empezar el cambio de vestimenta seguía sintiendo, que «estaba encerrado dentro de un cuerpo de mujer». Detalló que es chocante tener pechos.

«Me choca mirarme y verme el busto.Tengo 110 y estoy fajado, ¡no se para qué tanto!. Siempre me rechacé por eso».

«¡Sé vos mismo!. En búsqueda de mi identidad»

Sus «pequeños pasos» (según su óptica) fueron determinando su camino a seguir y de esta manera primero cambió su aspecto con la ropa y luego el cabello. Ahora está esperando su DNI,  su identidad. Cuando ya lo tenga podrá hacerse el tan deseado cambio de sexo. Mientras tanto enfrenta la transición, explica una y mil veces cuando le preguntan qué es ser trans. Incluso reafirma que él no va a cambiar es solo su cuerpo.

                       «Yo sigo siendo el mismo, siempre fui así»

Luciano reflexionó que justamente la persona que lo acompaña se enamoró de él por su personalidad, «por sus aspectos masculinos». Y aclaró:

«Yo no tengo nada de mina, solamente el cuerpo, hace 10 años que me liberé de la vestimenta femenina ahora soy libre».

Anabella se va a despedir, «pero nunca por completo». Luciano contó que en el 2016 comenzó su primer tratamiento de hormonas. Fue a una endocrinóloga y recordó un momento crucial

La doctora me preguntó ‘¿Cómo te llamas? Anabella’ Me dijo: ‘¡no! ¿Cómo te llamas?. Tu nombre (…)’. Me hizo volver a mi casa a pensar mi nombre».

Él explica que no pretende que de un día para el otro empiecen a llamarlo Lucho. Pero que no quiere que le digan su nombre anterior.»Estoy en proceso de hormonas, después de que tenga el DNI voy a hacer mi primera cirugía»,  expresó muy ansioso. También hizo referencia a su familia y dijo «son cerrados». Sin embargo,  les va a dar tiempo, porque no es fácil para ellos tampoco.»En mi casa se quisieron morir, más que nada por la intervención».
Las palabras salieron de las fibras más profundas, ahí donde Luciano vivió encerrado por tanto tiempo:

«Llevaba solamente el nombre de Anabella, porque todo era masculino. Por eso decía que me llamen Pichu. Mi familia sigue encasillada en lo mismo, les doy tiempo. Son a los únicos que les doy tiempo ya lo van a procesar»

Él es un ejemplo de valentía, de coraje y de lucha. Porque en un contexto de adversidades venció y sobrepasó las barreras que se le pusieron en medio.

«Cuando vos estás solo y no tenes el apoyo de tu familia, tenes que ir juntando valor. Porque no es lo mismo el apoyo de chicos de 17 años. O lo decís o te cagas y pasas a ser un reprimido social»

«Anabella es como una ex novia»

«Te despedís y atesoras lo más lindo» comentó entre risas. Poder operarse para él es «renacer y poder ser lo que vos realmente querés ser, empezás a vivirlo distinto. Vas por la calle y te empiezan a decir Luciano».

Emocionado al reconocer los grandisímos ovarios que tuvo Anabella dijo que a pesar de que «no sos un hombre cien por cien, tenes la posibilidad de ser hombre trans. Muy al fondo fuiste mujer. Eso es lo que te marca y lo que te pesa».

Por otro lado, sí habló de Anabella con gran admiración:

«A esa mujer la guardas como un lindo recuerdo, a pesar de las cosas que padeciste. Esa mujer fue la que llevo a esto.Yo con Anabella viví la valentía de pasar a ser Luciano. Yo con Anabella dije ‘soy lesbiana’, ‘voy a ser transexual’, a todo eso lo viví con Anabella y queda algo lindo.

Muchas preguntas tuvo que responder como ‘¿estás segura?’. Él sonríe cada vez que lo cuenta, te mira fijo a los ojos  y te dice «quiero gritarlo, quiero salir de este cuerpo, no me aguanto más. Lamentablemente nací mujer».

Luciano es inspector de tránsito con cual tiene exposición porque trabaja en las calles de Santa Rosa, confesó que si no lo aceptaban como trans en la Municipalidad, iba a dejar su trabajo.

«Yo tenía mucho miedo por el trabajo. En la calle te fumas todos los insultos, estás muy expuesto.Lo empecé a hablar -con sus jefes-, les dije que iba a cambiar de sexo y  me dijeron ‘bueno dale para adelante'».

 


«Siempre voy a admirar a Anabella, porque tenes que tener los ovarios que tuvo ella para hacer esto. Es mi ex novia, atesoro lo bueno. La valentía».

«Como Luciano, soy un hombre, soy trans soy un pibe que también tiene sueños. que intenta adaptarse a esta sociedad de mierda que tenemos».


 

En cada final hay un nuevo comienzo, la carta de despedida

La despedida no debe ser fácil, sin embargo hay un camino nuevo que lo espera. Luciano compartió con nosotros las primeras líneas de una carta a Anabella. Un verdadero ejemplo de que se debe luchar por lo que cada quien verdaderamente desea.

 

«Anabella, qué decirte … Si bien fuiste mi compañera por muchos años. Hoy tengo la oportunidad de poder ser al fin lo que quiero ser y todo,absolutamente todo te lo debo avos… Porque vos me diste la valentía,con vos pase mis mejores momentos como también malos, me enseñaste a enfrentar la vida de una manera inexplicable.. NO FUE FÁCIL, pero acá estoy despidiéndome de vos,voy a decir que sos como una Ex Novia,atesorare todo lo bueno,se me hace imposible No Llorar al estar escribiéndote… GRACIAS MIL VECES GRACIAS ANABELLA… Te admiro demasiado.. Te bancaste burlas,te bancaste insultos,apodos sin sentidos, que se alejaran amigos pero jamas te frenaste, jamas agachaste la cabeza, tenias bien en claro lo que tenias que hacer y lo que debías enfrentar.. Muchas veces te sentiste vacía,muchas veces t rechazaste al ver que no estabas cómoda (…) estoy acá diciéndote adiós, diciéndote gracias (…)»