Quién es Juana Antonutti, la ganadora de un viaje a Cuba

Tiene 71 años ganó un viaje y lo compartirá con su hija ¿Qué tiene de especial esta ganadora que emocionó a todo el pueblo? Te lo contamos en la nota.

«Gritar, gritar, gritar…gritaba como una tonta», dice Juana Antonutti entre risas, todavía sorprendida de haber resultado ganadora de un viaje a Cuba que sorteó Cadena 3.

Como muchos de los participantes encendió la radio: «cuando escuché el número, la característica de Santa Rosa, sentí que era mío», relata en diálogo con Hablando Claro.

«Yo tenía pendiente viajar en avión. Casualmente, una semana antes del sorteo, con mi hijo, pasamos por el aeropuerto y ahí surgió la conversación: ‘Mi sueño no cumplido es el de viajar en avión. Algún día voy a subirme a uno, aunque sea para ir a Diego’, le dije».

Juana es muy conocida en su localidad, ya que se desempeñó como «portera» en un establecimiento educativo por unos 30 años hasta que se jubiló. Entonces, cuando salió ganadora le estalló el WhatsApp con mensajes de cariño de generaciones completas que la conocieron en el patio del colegio.

«La emoción, la alegría que tengo, nunca me lo imaginé. Hay sueños que uno no cree cumplirlos nunca. Yo soy una convencida de que todo llega en la vida porque si uno ha sembrado algo bueno, algo cosechará con el tiempo«, reflexiona.

A las playas cubanas irá con su hija Viviana, «ella tampoco ha salido mucho», cuenta Juana y agrega que todavía no tienen la fecha del viaje.

«Mi sueño era viajar a Italia, pero imaginarme que iba a viajar a Cuba, jamás«.

LA HISTORIA DE JUANA

Ella es oriunda de un paraje llamado La Cañada, entre Santa Rosa y Obispo Trejo. Cerca de Monte del Rosario, Timón Cruz, según localiza Juana.

«Estuve hasta los 16 años allí, trabajábamos en el campo con mi papá, cuando él falleció tuvimos que salir. Fue muy complicado porque tenía 11 hermanos y el más chico tenía dos meses. No ha sido fácil, pero uno siempre tiene que luchar, yo trabajo desde muy chica», cuenta ella.

La muerte de su padre la llevó a buscar sustento fuera de su hogar. En ese entonces la recibieron en una casa de una familia de Monte del Rosario y comenzó a trabajar cama adentro. Entre sus recuerdos describe el llanto y la manera en que sufrió el desapego.

«Tenía 16 años lloraba mucho, porque imaginate era una niña y no había salido jamás. De ahí me fui a Córdoba porque había que criar a mis otros hermanos que tenían entre seis y dos meses».

La historia es muy larga, según Juana que terminó encontrando su destino en Villa Santa Rosa gracias a su mamá que dejó el paraje en donde vivían para instalarse en el campo de una señora llamada Blanca Ludueña. En ese tiempo, por esa zona trabajaba un muchacho quien se convertiría tiempo después en su gran amor y compañero. Juntos tuvieron cuatro hijos y cuando ella tenía alrededor de 30 años ingresó a la escuela Presbítero José Gabriel Brochero.

Juana a sus 71 años recuerda ese lugar con gran estima, ya que vivió momentos inolvidables.

«Amaba mi trabajo, yo lo hacía con el alma, y me tocó pagar piso hasta el último momento. Sigo yendo y veo a mis chicas, mis compañeras de trabajo«, cuenta y agradece todo el amor recibido.