San Valentín: Un día para celebrar el amor pero también para reflexionar

Una investigación llevada a cabo por la Defensoría del Pueblo, revela que más del 72% de los chicos y la chicas encuestados tienen o han tenido un noviazgo con al menos un indicador de violencia psicológica en sus relaciones

Si bien el 14 de febrero es una fecha para conmemorar el amor en todos sus aspectos, celebrarlo, cuidarlo y brindarlo; también podríamos utilizarlo para reflexionar sobre las actuales relaciones de noviazgo, de parejas, con la grandiosa diversidad y libertad sexual, con las tecnologías y las redes sociales. La revolución del amor se siente desde hace tiempo y hay que disfrutarla, pero también ser precavidos.

En ese sentido, nos parece importante retrotraernos a un Informe realizado en 2019 por la Defensoría del Pueblo, a partir de encuestas a jóvenes adolescentes que se encuentran en una relación de noviazgo.

El informe, nutrido e interesante para pensar (nos), toca aspectos muy comunes en los noviazgos adolescentes como los celos, las redes sociales, los estereotipos de género, los mitos sobre la violencia y sobre el amor romántico.

Los resultados obtenidos muestran que la violencia es una problemática vigente en las relaciones de noviazgo de los y las adolescentes, y adquiere ciertas particularidades en función de esta etapa del ciclo vital.

La violencia psicológica es la predominante. Más del 72% de los chicos y la chicas que tienen o han tenido un noviazgo reconoció la presencia de al menos un indicador de violencia psicológica en sus relaciones.

Entre las actitudes que pueden configurar este tipo de violencia, las más reconocidas por los encuestados son:

    • «te reclama y hace problemas cuando estás con tus amigos»
    • «decide todo lo que harán juntos»
    • «quiere cambiar tu modo de ser»
  • «te maltrata con la excusa de que vos lo provocás»

Con respecto a la violencia sexual, más de la mitad de los adolescentes encuestados manifestaron haber vivido una situación de este tipo. Las que más mencionaron son: «contó intimidades a sus amigos», «quiso tocarte sin tu consentimiento», «te impide que usen preservativo» y «te obligó a tener relaciones sexuales sin tu consentimiento».

En cuanto a la violencia física, 3 de cada 10 adolescentes identificaron la presencia de violencia física en sus relaciones de pareja, principalmente a través de pellizcos, empujones, tironeos y golpes. Un 4% reconoció haber sido golpeado alguna vez por su novio/a.

Una característica es la bidireccionalidad. Tanto varones como mujeres adolescentes, reconocen vivenciar violencia en porcentajes similares, a diferencia de su manifestación en las relaciones de pareja adultas donde son las mujeres las que más sufren situaciones de violencia.

Los celos son el principal motivo de discusión en las parejas adolescentes. Las distintas maneras en que se expresan pueden configurar, o no, diferentes tipos de violencia. La problemática no reside en «sentir celos» sino en las diferentes acciones y conductas que se desprenden como consecuencia de sentirlos.

CELOS

La mayoría de los chicos/las chicas conceptualizó a «los celos» como «desconfianza hacia el otro/a» o «inseguridad sobre uno/a mismo/a». Menos del 20% los identificó como una expresión de control hacia el otro/a, y un 10% como «manifestación de interés/amor por el otro/a». Estos sentidos contribuyen a la justificación de expresiones de control en nombre de la desconfianza, de las inseguridades personales, o del amor.

A su vez, más del 70% de los/las chicos/as encuestados percibe a su pareja como «algo/muy celoso/a». Estas percepciones reflejan que los celos, en mayor o menor medida, son parte de la cotidianeidad de las/los adolescentes.

Además distinguen diferentes tipos de celos, desde los denominados «excesivos», a los «tontos y sanos». Las situaciones identificadas como «justificables» son aquellas donde su pareja interacciona con desconocidos/as, ex-parejas o salidas con amigos/as.

REDES SOCIALES

Las nuevas tecnologías y el desarrollo tecnológico inauguran escenarios o canales por donde se pueden ejercer formas de violencia en las relaciones de pareja. Es decir, su uso puede reforzar o reproducir mecanismos y modos particulares de ejercicio de la violencia en las relaciones de noviazgo de los y las jóvenes.

Si bien la mayoría no utiliza sólo una red social, sino que simultáneamente usan distintas redes, WhatsApp es la más utilizada por los/as adolescentes para comunicarse con sus relaciones de pareja.

En la investigación se seleccionaron las conductas más relevantes en el uso de las redes sociales y de mensajería, a partir de la valoración que hicieron las/los adolescentes en relación con el comportamiento de su pareja ante determinadas situaciones.

Se destacan aquellas que expresan una situación de malestar vinculado con: «no responder un mensaje en el tiempo que el otro/la otra demanda» (más del 80% manifestó que su pareja se enoja eventual o frecuentemente ante esta situación), «si te ve en línea y no le hablas» (alcanza un 63,4%) y si «revisa la hora de tu última conexión» (llega al 52,4%).

En relación con estos comportamientos, se puede sostener que son expresiones de control sobre los tiempos, actividades y comunicaciones. Lo es también cuando se le exige a la pareja dar cuenta de fotos que se publican, amigos/as o seguidores que se mantienen en las redes sociales, llamadas o mensajes que recibe de otros/as. Estas expresiones representan formas directas de control, restringiendo y condicionando los contactos y las comunicaciones que la persona mantiene con otros/as. Siguiendo esta línea, aparece como preocupante, que casi la mitad de las/los adolescentes encuestados que tienen relaciones de pareja, expresan que las mismas han revisado su celular en varias ocasiones.

Al indagar los comportamientos en relación con la variable sexo, se observó que no hay diferencias entre varones y mujeres. Es decir, ambos reciben y ejecutan maltrato psicológico a través de las redes sociales y servicios de mensajería de igual manera.

ESTEREOTIPOS DE GÉNERO

Los estereotipos de género que aún encuentran conformidad entre la población adolescente son especialmente aquellos vinculados a la asociación de las mujeres al ámbito de lo privado, lo doméstico y los cuidados.

En relación con este apartado es preciso destacar que son los varones quienes más sostienen estas ideas. Sin embargo, se distingue que la maternidad ya no es, para las chicas principalmente, el eslabón clave de la «plenitud de una mujer». Es decir que las mujeres «se realizan» también alrededor de otras concreciones, no sólo el hecho de ser madres.

El cuerpo estereotipado de mujer sigue siendo una referencia en la población adolescente. Aunque esto impacta de diferente modo en varones y en mujeres: las mujeres «sufren» la imposición de este cuerpo ideal, mientras que los varones lo «consumen». Cualquier desplazamiento del mandato, por no tener ese cuerpo, por no creer en ese cuerpo o por no consumirlo puede ser motivo de algún tipo de vulneración social.

Del análisis de las respuestas sobre estos estereotipos, surge además que la responsabilidad de la protección de las mujeres es principalmente asignada/asumida/sentida por los varones. Esto refleja la presencia de estereotipos de género no sólo vinculados a la idea de varón protector, competidor, garante del sustento y hasta de la vida, sino que refuerza las percepciones sobre mujeres que debieran quedarse en el hogar o bien andar en compañía de «hombres que las protejan».

MITOS SOBRE LA VIOLENCIA

Los mitos sobre violencia se organizan a partir de estereotipos de género. 3 de cada 10 adolescentes sostienen la idea de que las chicas que viven maltratos por parte de sus parejas no terminan la relación porque no quieren.

A su vez, la idea de que la violencia es un «asunto privado» invisibiliza su dimensión social y política y deja la resolución de un problema que es social en el campo de lo privado. No obstante, en relación con este mito, 8 de cada 10 adolescentes está «muy en desacuerdo/algo en desacuerdo» con la idea de la violencia como algo privado.

La percepción de la «violencia como natural» pone en el terreno de «lo innato» algo que en realidad es social, cultural, modificable y/o condenable. La imposición de la masculinidad hegemónica y sus estereotipos de varón vinculados a ser «fuerte, firme, recio, viril» abona la representación de que la violencia es innata al hombre, es decir presentan lo que son características históricas, culturales y socialmente construidas, como «dadas o naturales».

MITOS DEL AMOR ROMÁNTICO

Los peligros de los mitos del amor romántico radican en que pueden llegar a invisibilizar o justificar manifestaciones de violencia en la pareja en nombre del amor.

En este sentido, sí se encuentran diferencias entre varones y mujeres. Son los hombres los que sostienen en mayor medida estos mitos,sobre todo el que refiere a que «por amor todo se perdona», «el amor verdadero debe durar toda la vida» y los «celos son una expresión de amor». A su vez es significativo el porcentaje de chicas y chicos que tienen conformidad con la idea de que el amor verdadero demanda «entrega total». Cabe aclarar que este sentido, en relación con los mitos de amor romántico, está asociado a la postergación/resignación de lo propio, vulnerando de esta manera la posibilidad de entablar relaciones saludables.

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