
El politólogo Luis Monti, en un nutrido relato sobre las relaciones que en este año electoral tiene la política con la justicia. La corrupción, el cierre de listas, los testigos arrepentidos, las causas y la lentitud de la justicia.
En un momento político movido, con el cierre de listas «por todos lados», en Córdoba, para Monti continúa habiendo mucha incertidumbre. Por un lado, el peronismo, que postergó su interna y «al haberlo hecho la suspendió, ya que se postergó para después de la presentación de listas en todos los municipios», haciendo que la Mesa del Congreso Provincial termine definiendo las candidaturas. Y por otro lado en el radicalismo, donde continúa la interna entre Negri y Mestre que «se sigue agrandado cada día más y no parece que haya otra solución que las urnas», según Monti.
Sumado a esto, en el departamento de Río Primero y desde el punto de vista municipal, «se encuentran expectantes porque mañana estarán los resultados de la encuesta radical de Monte Cristo, para ver quién será el candidato», contextualizó Monti, anticipando que la columna radial del viernes por Hablando Claro tratará sobre esa situación.
A nivel nacional, la justicia se está movilizando de manera extraña, sobre lo cual es necesario reflexionar. En ese sentido, el «tema del momento» es la investigación al fiscal Carlos Stornelli, que se suma al círculo polémico integrado por el antiguo contador de los Kirchner, Manzanares y su testaferro, Ariel Muñóz.
«Frente a esta montaña de pruebas y arrepentidos que crece día a día, era previsible una redacción para tratar de desviar la atención (de las elecciones 2019)», se refirió el politólogo.
En esa redacción, ningún medio se atreve a hablar de inocencia: «nadie sostiene que no hubo corrupción, nadie niega el saqueo al Estado», plantea Monti, agregando que «ni los propios votantes Kirchneristas niegan la corrupción de la década ganada, simplemente sostienen, con algo de razón, que estábamos mejor».
«Hoy la discusión no es si robaron o no robaron, sino que se reduce a ‘pueden haber robado pero no está tan mal'»
Ante este contexto, Monti descifra la estrategia. Se trata de ensuciar al otro, «como está claro que yo estoy sucio, voy a tratar que el otro también lo esté». Un ejemplo concreto que nos brinda el politólogo es la denuncia contra Stornelli que «no tiene asidero, pero sirve para tratar de desacreditarlo públicamente y desacelerar los tiempos de la justicia».
«Acá lo que pasa es que estamos en año electoral, la idea es tratar de que este año la justicia no pueda avanzar mucho más, ganar las elecciones y con eso salvarse, porque se juega más de uno si sigue preso o queda libre», explicó sobre el juego electoral 2019.
Puntualmente sobre la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que está siendo «acorralada por las causas judiciales», el politólogo afirmó que es muy difícil que vaya presa antes de las elecciones, por dos razones principales: primero, porque la justicia no se jugará de esa forma; y segundo porque políticamente podría ser muy fuerte el golpe «Cristina presa».
«Yo no lo veo este año, pero creo que si Cristina pierde las elecciones, el año que viene seguramente vaya presa», soltó Monti.
Concluyendo, el politólogo expresó que este año, lo que estamos jugando políticamente, tiene mucho de judicial. Esa relación entre justicia y poder que remarca, necesariamente determina el futuro de lo que se votará: «lo que se termine votando, va a estar muy relacionado con el futuro judicial de los grandes dirigentes del Kirchnerismo».
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