La red del metro de Santiago de Chile figuraba hasta hace cinco días como uno de los símbolos del orden, buen funcionamiento y prosperidad del país, ese que era en palabras del presidente Sebastián Piñera un «oasis en medio de una América Latina convulsionada».
Sin embargo, con un fallido aumento del boleto como detonante, hoy parece ser el síntoma de un hartazgo generalizado sobre las consecuencias que el crecimiento sin desarrollo y el consecuente cansancio de la ciudadanía representan. Una buena porción de la sociedad chilena y con Santiago como epicentro, ha salido a manifestarse bajo la consigna «basta de abusos».
En diálogo con Hablando Claro, Paulo, un joven domiciliado en Santiago de Chile, dijo que «apretaron la tuerca demasiado, hay mucha acumulación, todo está mas caro. Vinieron prometiendo una mejora económica y con detalles nos van quitando más espacios».

«Acá en Chile la gente lleva años muy molesta. Es triste escuchar a la gente decirle a la gente que no salgan a la calle, porque ahora es la abuelita de la esquina, es el niñito de doce años, es tu mamá. Es un movimiento que surgió improvisado, es evidente que la respuesta social sea esta, en Chile no hay otro poder fáctico que tenga el pueblo para expresarse que no sea salir a la calle»
«Es intenso estar en toque de queda, y ver por la ventana de tu casa militares en la esquina, por todos lados»

El gobierno del presidente Sebastián Piñera no está ni estuvo pudiendo o queriendo atender y responder a las demandas de una ciudadanía que paradójicamente se expresa por fuera del arco político, pero dinamita y expone este poder más que a cualquier otro.
En este contexto, por la noche del martes, el mandatario chileno pidió perdón a los ciudadanos por su «falta de visión para anticipar el conflicto», e informó por cadena nacional una serie de acciones que serán propuestas en los próximos días al Congreso e implementadas directamente por el gobierno.
Las áreas que abordó el paquete de medidas apuntaron a las pensiones, salud y medicamentos, un ingreso de salario mínimo garantizado, disminución en las tarifas eléctricas y uno de lo más solicitados por toda la ciudadanía: la reducción de las dietas de los parlamentarios y altos sueldos de la administración pública, además de la disminución en el número de los parlamentarios y limitación de las reelecciones.
Por su parte, Paulo comenta a este medio que sólo se trata de promesas: «Todo se construye en base a promesas, ahora quieren hacer más promesas pero para que detengamos este movimiento lo más rápido que sea».
