Cada primero de Agosto, un vasito de caña con ruda, en ayuna, en ronda con amigos, de a tres sorbos, en siete tragos, para alejar las malas energías del invierno y atraer buena salud y buenos augurios.
El carrulim, acrónimo de caña, ruda y limón en Paraguay, en nuestro país conocida como caña con ruda, es una tradición que proviene de una cultura muy antigua. Los abuelos de nuestros abuelos lo tomaban y lo siguen tomando, como una especie de rito para dar inicio a Agosto.
En celebración del día de la Pachamama, la madre tierra, los pueblos originarios tomaban esta preparación en un ritual en el que le rendían homenaje a la Pacha, que engendra vida, nutre y proteje.

Esta tradición originaria de las áreas guaraníes, específicamente del Paraguay y las provincias del norte argentino, se fue trasladando de generación en generación y de provincia en provincia.
«Julio los prepara, y Agosto se los lleva» dice el tradicional proverbio que los pueblos originarios del Litoral fueron llevando a todas las provincias del país. Aún hoy lo escuchamos de algún abuelo o tío abuelo, que la última semana de julio comienza a macerar la famosa bebida alcohólica y amarga. Se cree que cuanto más tiempo lleve la ruda en la botella de caña, mucho más efectivos serán los efectos del brebaje.
Preparación
De acuerdo a la tradición, la ruda se debe dejar sumergida en la caña durante al menos un mes, para que llegue «lista» a Agosto. En el caso de no llegar con el tiempo, también las personas pueden ser convidadas por quienes ya estén «curados» de los males que dejó julio, es decir, por aquellos que tienen una botella lista. Además, la caña puede mantenerse guardada durante un año para poder consumirla en el próximo ritual.
