27 de Agosto: Día de la Radiodifusión

¿Por qué se celebra este día en Argentina?

Argentina fue uno de los países pioneros en la emisión de radiodifusión: el tercero en el mundo y el primero en habla hispana. Un 27 de agosto de 1920 se llevó adelante la transmisión en vivo de la Ópera «Parsifal» de Richard Wagner, desde el Teatro Coliseo de la Provincia de Buenos Aires. Muchos historiadores coinciden en que fue la primera transmisión con continuidad en el tiempo en todo el mundo.

La entonces Sociedad Radio Argentina, formada por los radio aficionados Enrique Susini, Miguel Mujica, César Guerrico, Ignacio Gómez y Luis Romero, colocaron en el techo del Teatro un equipo de transmisor, y desde entonces son recordados como «los locos de la azotea». Un año después, la L.O.R. Radio Argentina (primera licenciataria de radiodifusión nacional) realizaba transmisiones desde diferentes teatros, incluso el Colón. Y el 12 de octubre de 1922 se llevó adelante lo que se considera como la primera cobertura periodística: la asunción del Presidente Marcelo T. de Alvear.

Mientras tanto, desde aquella primera transmisión, se llenaban espacios radiales con música clásica, y hacia 1923 con las clásicas peleas de Boxeo. En 1930 comienzan las emisiones de radio teatro, que pasaría también a ser un gran clásico argentino.

Esta fue la década de pleno apogeo, donde nacieron y persistieron por mucho tiempo, radios como Splendid, El Mundo y Belgrano. Recordamos clásicos programas como Glostora Tango Club, El Fogón de los Arrieros, Los Pérez García, La Venganza Será Terrible, sólo para mencionar algunos.

Cacho Fontana, Héctor Larrea, Lalo Mir, Antonio Carrizo, fueron algunos de los locutores emblemáticos que hicieron historia en la radiodifusión. Y recordados actores de radio teatro como Niní Marshall, Luis Sandrini e Hilda Bernard fueron artistas de la época dorada de la radio.

Política, cultura, novedades, compañía, diversión. La radio, aún con sus 98 años de existencia, sobrevive a posteriores medios que aunque la superen en tecnología, tal vez nunca lleguen a superarla en la magia de la escucha y la emoción de una simple voz.