En la noche del pasado lunes, una de las socias gerentes del comedor Rancho Grande, ubicado sobre la avenida Rafael Nuñez, les comunicó a sus empleados que terminen de atender y se retiren porque el restaurante iba a cerrar esa misma noche.
Los empleados, sin saber haber recibido la confirmación de una indemnización, se quedaron para pedir explicaciones pero no las obtuvieron. «La señora llamó a la policía para que los saque del lugar» expresó el abogado de los trabajadores, Ramón Ortega a Radio Mitre.
Pacíficamente, los empleados accedieron al pedido de los oficiales, pero se presentaron en la mañana de este viernes para volver a exigir por una explicación. «El lugar estaba cerrado, por lo que hicieron una guardia pacífica en la puerta«, agregó.
El restaurante funciona hace 59 años y ahora decidieron cerrar debido a la caída de las ventas y un alto costo de alquiler, en el marco de la crisis que atraviesa el país y que golpea al sector gastronómico.
«No nos oponemos al cierre del comedor, pero deben pagar indemnizaciones como corresponde»
Según comentó el abogado, los empleados sólo fueron comunicados verbalmente de que «los socios, propietarios del inmueble y de los muebles que se encuentran adentro, les habrían intimado a la entrega del local al día 31 de octubre«. Esa fue la razón que les dieron para dejarlos sin trabajo y sin indemnización de ley.
«Hay gente que hace desde el 1993 que trabaja aqui y no sabe hacer otra cosa que ser cocineros o mozos de Rancho Grande», contó el letrado.
El tradicional restaurante Rancho Grande es un símbolo histórico de la gastronomía cordobesa. Finalmente, en la reunión en el Ministerio de Trabajo se intimó a dar cuentas de la situación para el lunes a todos los responsables e involucrados en el conflicto, según informó Radio Mitre.