
Matías Gabriel Farías y Juan Pablo Offidani fueron condenados en 2020 a ocho años de prisión por parte del Tribunal Oral N°1 de Mar del Plata –Facundo Gómez Urso, Pablo Viñas y Aldo Carnevale– luego de que Lucía Perez muriera en la cama del principal acusado: la justicia desestimó los argumentos e hizo a un lado la perspectiva de género para finalmente sentenciar a ambos responsables, por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización.
El día de la muerte de Lucía, ambos acusados la llevaron inconsciente a un centro asistencial a donde constataron que ya no tenía signos vitales y que no había nada que hacer. Según la autopsia la jóven presentaba lesiones compatibles con abuso sexual, además de haber consumido drogas facilitadas por los imputados.
A pesar de las pruebas y los elementos para juzgar el hecho como un femicidio la justicia decidió absolver a los acusados en el primer procedimiento dejando un gran interrogante sobre las responsabilidades y la causa de muerte de Lucía: este fallo fue un escándalo, y llevó al Tribunal de Casación bonaerense a anularlo en 2020 ordenando que se haga un nuevo juicio para determinar las responsabilidades de los imputados e iniciar un juicio político contra los integrantes del Tribunal Oral 1.
Finalmente este martes comienza el segundo juicio a cargo del tribunal n°2 de Mar del Plata integrado por los jueces Gustavo Fissore, Alexis Simaz y Roberto Falcone, en el que los imputados enfrentan los cargos de abuso sexual con acceso carnal agravado por el suministro de estupefacientes seguido de muerte en concurso real con femicidio, que contempla una pena de prisión perpetua.
El femicidio
Lucía Perez fue asesinada en octubre de 2016 en Mar del Plata: le preguntó a su amiga Belén si conocía a alguien que vendiera marihuana, y comenzó así una odisea que puso fin a su vida.
Matías Gabriel Farías era pintor de una cooperativa y también menudeaba cocaina y marihuana. Alli se cruzó su camino con Lucía cuando le pidió comprar marihuana, y se ofreció a llevarsela a la salida del colegio.
Al día siguiente, Farías citó a la chica en su domicilio de la calle Racedo al 4800, en la zona sur de la ciudad, donde habría sido drogada y abusada hasta la muerte.
Menos de 24 horas después Lucía muere en la cama y en la casa de Farías: el hombre de entonces 23 años junto a dos cómplices habían llevado inconsciente a Lucía a una sala de atención primaria de la salud, pero ya no tenía signos vitales.