Mariano Valdés, el jefe de la Policía Federal Argentina de la delegación de Santa Fé, fue emboscado y baleado cuando viajaba por la autopista Buenos Aires-Rosario en horas de la noche del lunes último.
El ataque ocurrió en el kilómetro 258 de dicha ruta, a la altura de la localidad de Pavón, cuando una camioneta en la que viajaban cuatro sujetos encapuchados, se puso a la par del Ford Focus en el que se trasladaba Valdés junto a una suboficial y desde allí desataron una balacera.
Varios de los disparos ingresaron por la ventanilla a la altura del conductor quien, de milagro, salvó su vida. Sin embargo, un disparo que le ingresó por el muslo y lastimó su ingle y otro contra su hombro hicieron que el comisario fuera trasladado a un hospital de Arroyo Seco. La suboficial resultó ilesa.

Las primeras hipótesis detrás del ataque:
El violento episodio se produjo a menos de 24 horas de que el fiscal federal Walter Rodríguez denunciara complicidad entre fuerzas federales que operan en Santa Fe con organizaciones criminales.
«Hay niveles de complicidad con el delito en ambas fuerzas (federales y provinciales) y en un número significativo», advirtió Rodríguez en diálogo con La Ocho. El fiscal elevó una carta a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, advirtiendo sobre «el nivel alarmante de corrupción institucional en las fuerzas federales».
«Como fiscales tenemos la obligación de conducir investigaciones de manera técnica y nos valemos de la colaboración de las fuerzas de seguridad para desplegar los trabajos operativos; tenemos graves dificultades para poder cumplir este último aspecto de manera sensata» alertó Rodríguez.