
Se trata de datos arrojados por exámenes toxicológicos sorpresivos que se realizaron por parte de la Dirección de Asuntos Internos de la Policía Bonaerense, entre noviembre del año pasado y febrero del corriente.
Fueron 22 efectivos que estaban drogados mientras cumplían servicio. El total de los estudios abarcaron a unos 723 uniformados en 14 dependencias de La Plata, Avellaneda y Quilmes.
Entre los casos positivos, la sustancia que apareció con mayor frecuencia fue la cocaína, la marihuana en segundo lugar y por último los psicofármacos.
Según el protocolo, los efectivos -en estos casos- deben tomar licencia y hacer un tratamiento de rehabilitación. En todas las situaciones deben devolver las armas.