Betiana Pavón nació en Villa del Rosario, a los 18 años se mudó a la ciudad de Córdoba para estudiar arquitectura, y actualmente triunfa en España con sus «sombreros teconológicos» que la llevaron a ganar en el Samsung EGO Innovation Project. En una entrevista para la sección Musa del diario La Voz contó su historia, y desde Hablando Claro te la traemos para que la conozcas.

Su interés por hacer crecer su conocimiento, la llevó a estudiar diseño, fotografía y bellas artes. Mientras cursaba, Betiana también trabajaba en una productora audiovisual junto a una amiga. «Yo hacía la parte de fotos y ella hacía la parte de videos», recordó.
«Una vez, para la producción general de una marca de Córdoba, hice unas gorras. Eran muy de cotillón, estaban pintadas con aerosol, pero gustaron. Cuando terminamos, la chica de la marca me contactó y me dijo: ‘Che, Beti, todo el mundo me está preguntando por las gorras, por qué no te hacés una fan page de Facebook’. Esto fue un domingo a la noche, yo estaba en un bar de Güemes, y ahí mismo creé Alaska”, relató al hacer referencia al nacimiento de su marca.
Su negocio fue creciendo y tuvo que abandonar la fotografía para dedicarse de lleno a este gran proyecto.
«Al principio hacía de a una gorra a la vez. Estaban pintadas y bordadas a mano. Después, un local de Güemes me dijo que quería tenerlas en su negocio, al tiempo apareció mi primer cliente mayorista y entonces decidí dejar mi trabajo como fotógrafa para dedicarme a esto», contó.
Para Betiana «fue un camino bastante largo». La marca fue creciendo naturalmente, al tiempo la registró y luego sacó un crédito. Es así como comenzó a diseñar sus propios sombreros para que una fábrica se los hiciera.
«Lo que me gustó de los sobreros o los accesorios para la cabeza es que son una especie de híbrido. Nunca quise hacer indumentaria porque no era mi rubro, vengo más de otro palo. Pero los sombreros me gustaban porque son como una estructura portable», explicó.
El mercado de sombreros en Córdoba, es bastante reducido por lo que tuvo «darle más difusión».
Betiana confesó que no usa sombreros y que «no todo el mundo se anima a usarlos». Esto lo hacia «bastante arriesgado» a su trabajo. Por eso decidió que si se iba a dedicar a esto, no quería hacer algo «que puedas encontrar en cualquier sombrerería».
Con los años el negocio se complicó. «Últimamente se me estaba haciendo muy difícil producir a escala y manejar los costos. Mi ‘yo creativa’ y ‘mi yo empresaria’ siempre estaban en conflicto», reconoció la cordobesa. Pero fue en ese momento en que se decidió por buscar otras alternativas.
Así, le surgió la posibilidad de realizar un curso en Barcelona que vinculaba las nuevas tecnologías a la producción textil. Betiana se esforzó, juntó el dinero y cruzó el charco.
Su nuevo hogar, España
Cuando terminó el curso, Betiana consiguió un contrato de internship con una de sus profesoras, la misma que la impulsó a anotarse en el concurso Samsung EGO Innovation Project, del cuál resultó ganadora con su proyecto Deconstructive Heads.
«‘Nunca lo voy a ganar’, pensé, porque no soy española y era un concurso para jóvenes talentos de acá. Pero se dio, gané, y hasta el día de hoy no caigo mucho», relató.
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En dos meses desarrolló un proyecto, junto a un equipo de siete personas, que se presentó en el Madrid Fashion Week. «Fue muy estresante, sabía que tenía que estar impecable, no era para una foto, no era algo que se pudiese pilotear, era una pasarela, y yo nunca había estado en una pasarela con accesorios. Tuve que decidir desde los efectos de iluminación hasta la música, armar outfits, estilismos» , confesó.
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Betiana presentó siete prototipos de sombreros. «El desafío era incluir a los dispositivos, no solamente que el sombrero hiciese luces. Mi propuesta tenía que ver con que el usuario podía interactuar con el sobrero a través del móvil. Y creo que eso fue lo que me jugó más a favor porque en el concurso vos tenías que incluir a Samsung en el estilismo, pero además de que la modelo lo llevase en la mano, yo quería que hiciera algo», explicó.
«Ni en mis mayores sueños ni aspiraciones me imaginaba esto… Fue una experiencia increíble. Vivirlo fue épico», recordó.
¿Cómo siguen sus proyectos? Betiana pretende continuar este camino y explotar todo lo que aprendió a usar, como la impresión 3D y la electrónica.
«Alaska quedó en pausa en Argentina. Mi idea ahora es explorar más mi lado como diseñadora, y aprovechar las oportunidades que tengo, y después ver cómo puedo ir armando mí marca de a poco. Acá (en Barcelona) también estoy trabajando en una sombrerería, no me despego del rubro en ningún momento. Aquí hay otro mercado, otras posibilidades y quiero aprovechar eso. En algún momento volveré a Argentina, no sé si para quedarme o de visita», adelantó.
Deconstructive Heads fue el gran paso para que Betiana Pavón logre una visibilidad internacional que nunca imaginó. Su búsqueda de nuevas ideas, sus ganas de crecer y su talento la convierten en un gran orgullo para nuestra Córdoba.