La crisis en Bolivia, que se incrementó tras las elecciones del pasado 20 de octubre, cuando la oposición acusó de fraude al gobierno de Evo Morales, dio un giro que se esperaba: el domingo, tras un pedido de las Fuerzas Armadas, renunció Evo Morales a su mandato.
Esto generó una división en interpretaciones diferentes de los hechos: ¿Fue un golpe de estado o una renuncia? En ese sentido, desde Hablando Claro nos comunicamos con el politólogo Luis Monti, quien nos relata, paso a paso, cómo se desencadenaron los hechos en el país vecino.
El cuarto mandato
En primer lugar, es necesario destacar que los resultados sociales y económicos del gobierno de Evo Morales, en sus últimos doce años de mandato, fueron de un país en crecimiento y desarrollo. Redujo la pobreza a la mitad y sostuvo uno de los PBI más grandes de Latinoamérica.
Sin embargo, uno de sus errores más grandes se dio en el área democrática. Con su imperante decisión de ir por un cuarto mandato, Evo Morales realizó un referéndum en 2016 y la voluntad popular votó en contra. Luego, forzando a la Justicia, en 2017, el tribunal lo habilitó a presentarse a unas nuevas elecciones nacionales.
ESTOS son los «errores» de Acciones de Gobierno q cometió Evo Morales #EvoEsPueblo Sacar a Bolivia de la pobreza y estancamiento! 💪😐 pic.twitter.com/5GtSErJEfo
— Victoria (@Victori18807162) November 11, 2019
«Los números acompañan que se trató de un país en crecimiento, pero el referéndum de 2016 demostró que la gente aplaudía su gestión pero no un cuarto período».
Caótico domingo 20 de octubre
El domingo 20 de octubre, se llevaron a cabo las elecciones en todo el territorio boliviano. Durante el día, la normalidad rondaba las escuelas donde se emitían los votos y no hubo ninguna situación política ni socialmente violenta. Sin embargo, la noche del domingo comenzó el caos.
Con el 85% del escrutinio cargado en el sistema, Evo Morales le ganaba aquel domingo electoral obteniendo 45 puntos contra su opositor, Carlos Mesa, que obtenía 37 puntos. En Bolivia, según lo establece su legislación, los resultados electorales para no pasar a una segunda vuelta son parecidos a Argentina: tenes que superar los 50 puntos o llegar a los 45 pero con una ventaja de 10 puntos ante el segundo. A Evo, entonces, que superaba por 7 puntos a su opositor, no le daba para ganar en primera vuelta.
La noche pasó y al día siguiente se continuó con la carga de datos: con el 95%, se estiró la ventaja a 9,5 puntos de Morales a Mesa. Así, el lunes ya se daba por supuesto que los números finales eran por arriba de diez puntos a favor de la reelección.
Hemos ganado en más del 85 % de los municipios de todo el país, porque el pueblo apostó por la estabilidad. Presidentes de países hermanos apoyan nuestro triunfo. Los pueblos libres de #AméricaLatina se levantan nuevamente para trabajar unidos por la integración y la liberación. pic.twitter.com/hTVauSzTwt
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) October 29, 2019
«Ahi empezó toda la protesta de la oposición, de sentir que les estaban tocando las elecciones. Por último, el pasado jueves se publicó el escrutinio final, que dice que Evo saca más de 10 y es electo en primera vuelta. Se desatan la mayor cantidad de protestas».
Tal como lo adelantamos, el TSE sin el menor pudor HA CANCELADO EL CONTEO RÁPIDO DE VOTOS DEL TREP. Es la vergüenza de un instrumento servil al gobierno.
— Carlos D. Mesa Gisbert (@carlosdmesag) October 21, 2019
Defenderemos el voto de los ciudadanos ante el intento de escamoteo de la segunda vuelta!!!
La auditoría
En pleno escrutinio el mismo día de la votación, el pasado 20 de octubre, y con la oposición ya hablando de fraude, el gobierno le pidió a la OEA una auditoría para despejar cualquier duda.
La propia misión de observadores de la Secretaría de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) apuntó a la interrupción del conteo como una de las «sustanciales deficiencias» que minaban la «necesaria credibilidad y transparencia».
Comunicado del Grupo de Auditores del Proceso Electoral en #Bolivia: https://t.co/DqrmJRri5v pic.twitter.com/cXdlPc9FKV
— Luis Almagro (@Almagro_OEA2015) November 10, 2019
Resultó devastadora para el gobierno: la OEA determinó que era estadísticamente improbable que Morales hubiese ganado por el margen de 10% que necesitaba para evitar una segunda ronda electoral.
La OEA aseguró también que encontró actas físicas con alteraciones y firmas falsificadas. En el informe de 13 páginas se señala que en muchos casos no se respetó la cadena de custodia de las actas y que hubo manipulación de datos.
Morales dijo a la prensa que su intensión era llamar nuevamente a elecciones. Pero unas horas después, la Policía y las Fuerzas Armadas de Bolivia le pidieron su renuncia. Se fue al norte del país y, finalmente el domingo último decidió dirimir. Desde ahí, partidarios de ambos mandos salieron a las calles armados y se desató una ola de violencia que atenta contra todo lo que se ponga en frente en el territorio boliviano.
«En la noche del domingo último se desató una inestabilidad terrible, violencia institucional y social, el pueblo boliviano salió a las calles y, hasta hoy, hay un vaciamiento del poder que no se sabe cómo se acomodará».
#NoFueGolpeFueFraude La Paz está siendo atacada por hordas afines a Evo Morales que dicen ahora sí guerra civil ¿ Qué dirá la comunidad internacional al respecto? pic.twitter.com/dAI1vvYEV4
— MaleS (@MaleSoriaC) November 11, 2019
#URGENTE | Aterrador grupos paramilitares fascistas conocidos como «Resistencia Cochala» muestran armas de fuego y explosivos. ¿Si esto no es un #GolpeDeEstadoBolivia qué es? Quieren barrer con todo y todxs. #BoliviaResiste pic.twitter.com/tzjAWa5T8d
— Carlos Pazmiño (@brazoicerebro) November 12, 2019
¿Golpe de estado o renuncia?
Por un lado, dicen que se trató de un golpe de Estado, y por el otro, dicen que a Evo le correspondía la renuncia por fraude electoral. Los encontronazos que se vienen desarrollando en todo el mundo sobre la polarización de este cuestionamiento, debería guiarnos a la conclusión de que se trata de ambas cosas.
Para el politólogo Luis Monti, los dos tienen razón: cree que es un fraude pero también un golpe de estado «desde el momento en que el ejército y la policía cordialmente le piden la renuncia, es un golpe. Lo cual no quita que esa respuesta esté ligada al atropello a la democracia que hizo Evo».
Que ni el gobierno nacional ni varios países latinoamiericanos salgan a repudiar el golpe de estado, es la principal preocupación. Sin embargo, también los ojos están puestos desde comienzos de semana hacia dónde virará la patria Boliviana.