La Para, primera ciudad del país con un parque pleistocénico

Se inagurará a fines de octubre y contará con réplicas en tamaño real de los animales prehistóricos que habitaron la región hasta hace 10.000 años

A fines de octubre, se inaugurará la primera etapa del parque Pleistocénico en La Para, en donde se podrán ver las réplicas en tamaño real de los animales prehistóricos que habitaron la región hasta hace 10.000 años.

El parque será construido en el predio del ferrocarril, en la zona céntrica de la localidad. Allí se podrá conocer los grandes mamíferos que habitaron y que, a diferencia de los dinosaurios, convivieron con personas en la región de Ansenuza durante el período geológico conocido como Pleistoceno, que tuvo lugar entre 3.000.000 y 10.000 años atrás.

Será el primero del país con estas características, y contará con esculturas hiperrealistas de diez especies distribuidas en una isla con lago artificial y flora autóctona de la época. En la segunda etapa, ya se contará con un túnel acuático con peces característicos de la zona junto a la réplica de aquellos «monstruos del agua» del Pleistoceno.

En diálogo con La Voz de San Justo, el intendente de la localidad, Martín Guzmán, adelantó que «los visitantes ingresarán por un puente a la zona donde se emplazará el parque y saldrán por un túnel».

Y agregó que «con arena, palo seco de la Laguna Mar Chiquita, plantas autóctonas se recreará el el hábitat de cada uno de estos ejemplar».

Avance de las obras

La primera etapa, la cual planean inaugurar a fin de mes en el marco de los festejos patronales del pueblo, comprende la forestación del lugar con árboles autóctonos «para que la flora de la época sea también educativa», agua para el lago y la distribución de los animales.

La segunda etapa está prevista para el 2020, y «se construirá un túnel de tipo caverna de 2,5 metros de ancho por 4 de largo, con peceras gigante a ambos lados, donde se podrán ver los peces de nuestra zona tales como pejerrey, carpa, anguila y en el fondo, las réplica de los peces del pleistoceno», detalló.

El intendente contó que «se está realizando el movimiento de suelos y construcción de paredes del lago», y cuando culmine la excavación «se pasaría a la etapa de llevar los aireadores de agua y construcción de veredas que unirá los 10 animales, para que los visitantes lo puedan recorrer».


Movimiento de suelos y construcción de paredes del lago.

Además aseguró que se construirán veredas y pasarelas que garanticen el acceso de personas con discapacidad motriz, y destacó el trabajo de estudiantes de la Escuela ProA de La Para, quienes están ideando un recorrido para que personas con discapacidad visual, puedan disfrutarlo. «Será a través del sistema Braille y con cerámicas para recrear el contorno de estos animales», especificó Guzmán.

El primero y único del país

El intendente destacó que el Parque Pleistocénico de La Para será el primero del país con estas características y el segundo en Sudamérica (el primero se encuentra en Osorno, Chile).

«Hay muchos parques de dinosaurios en la Argentina, pero no del Pleistoceno , siendo que los dinosaurios vivieron millones de años antes. Además se debe tener en cuenta que los del pleistoceno convivieron con el hombre», explicó.

¿Cuáles son las especies representadas?

El parque contará con las especies de Macrauchenia (con su cría), Megaterio, Stegomastodon, Hippidion, Fororraco, Toxodonte, Gliptodonte, Doedicurus Scelidoterium y Smilodon.


Macrauchenia con su cría. Los macraucheniidae incluyen a mamíferos de aspecto vagamente similar a camellos. Fueron terrestres y herbívoros, de tamaño mediano a grande. Las formas más modernas del grupo tuvieron molares de coronas más altas que las especies más antiguas, lo que sugiere que fueron progresivamente adaptándose a ambientes más secos y menos forestados.


Megaterio. Constituyó, junto con los elefantes, uno de los mamíferos terrestres más grandes del Pleistoceno de América del Sur (con más de cinco metros de largo y una masa corporal entre 5 y 6 toneladas). Poseía un cuerpo robusto, cabeza pequeña y miembros fuertes provistos de garras. Habría sido herbívoro, como los restantes grandes perezosos terrestres del Pleistoceno, aunque algunos científicos argumentan a favor de una probable dieta carnívora o carroñera. Habría tenido un andar bípedo, aunque también a veces, se habría desplazado en cuatro patas.

Stegomastodon. Habría tenido un aspecto similar, aunque algo más robusto, al elefante actual, con aproximadamente unos 2,5 metros de altura a nivel de las anda a y cerca de 7,5 toneladas de peso. Las defensas (incisivos) son rectas o algo curvas, sin esmalte y largas (llegaron a medir cerca de 1,5 metros de longitud). El cráneo de Stegomastodon es alta y corto.

Hippidion. Conocido como el «caballo fósil sudamericano», era más pequeño y robusto que el caballo moderno, con miembros anteriores y posteriores relativamente cortos y monodáctilos (apoyaban sólo un dedo al caminar). Alcanzó a medir 1,4 metros aproximadamente a la altura de las ancas. Tenía una cabeza proporcionalmente grande respecto del cuerpo, con las aberturas nasales algo extraídas a diferencia de los restantes caballos.

Fororraco. Estos animales pertenecen a un grupo que está completamente extinto, pero que además no tiene ningún análogo actual. El grupo se conoce como Terror Birds (aves del terror), también llamados fororracos. Su especie podía alcanzar hasta los tres metros, su cráneo era muy grande y tenía hábitos carnívoros.

Toxodonte. Era un notoungulado de gran talla, semejante a un rinoceronte, con unos 3,5 metros de largo aproximadamente y una masa corporal de más de una tonelada y media. La cabeza era grande, el cuerpo voluminoso y las patas cortas, robustas y tridáctilas (con tres dedos). El cráneo es alto y ancho posteriormente. Habría tenido hábitos anfibios, similares al hipopótamo actual.

Gliptodonte, Doedicurus. Fue de los animales de mayor tamaño del Pleistoceno alcanzando los 4 metros de largo, y una masa estimada en 1.500 kilogramos. El caparazón es casi hemisférico, más alto en los dos tercios anteriores, y formado por placas rectangulares o exagonales. La cola está protegida por 6 anillos y un tubo caudal, el cual superó el metro de longitud. El tubo caudal está ensanchado en el extremo más posterior, donde posee numerosas depresiones ovaladas, rugosas sobre las que se habrían insertado poderosas espinas para la defensa.

Scelidoterium. Era un perezoso terrestre de gran talla, aunque más esbelto y algo menor en comparación con los restantes perezosos extintos ( habría alcanzado los 3,5 metros de largo, aproximadamente). Si cráneo es delgado y largo, más que cualquier otro milodonte, con cinco dientes superiores y cuatro inferiores, de sección oval hacia delante y bilobulados hacia atrás. Las menos tenían cinco dedos y llevaban fuertes garras en los dedos 2 y 3. Los pies tenían tres dedos funcionales con sólo una garra en el dedo 3. Se habría alimentado de pastos altos, arbustos y vegetación arbórea.

Smilodon . Más conocido como «Tigre dientes de sable» fue el carnívoro más llamativo registrado en América del Sur durante el Pleistoceno. Smilodon era un felino de gran tamaño que alcanzó tallas cercanas a los 1,3 metros de largo y una masa corporal próxima a los 300 kilogramos, algo mayor en tamaño que el león actual, pero el doble de su peso. Fue un animal inconfundible por presentar grandes caninos en forma de daga.

Las obras fueron realizadas por los museólogos y paleoartistas Sebastián Pérez Parry y María de los Ángeles Meza, quienes, en su elaboración, utilizaron resina y fibra de vidrio para que sean exhibidas en el parque natural al aire libre. Ambos, han trabajado en la creación de varios parques de dinosaurios en el país.

Mirá también

Categorias
CulturalesEducaciónSociedad

NOTAS RELACIONADAS