Jhony Cardozo reside en Monte Cristo desde hace 18 años, llegó a Córdoba con la esperanza de trabajar impulsado por su hermana que se vino a Argentina tiempo antes.
Formó su familia con Teresa, que llegó hace una década con el sueño de trabajar por un año y estudiar magisterio. Sí encontró una fuente laboral, aunque no pudo cumplir su sueño de ser maestra. Hoy tienen tres hijos y juntos tienen una verdulería en la ciudad.
Desconcertados y muy tristes por lo que están viviendo en su país natal esperan que la paz llegue pronto. Según indica Jhony, la comunidad boliviana es de 2 mil personas en Monte Cristo. Sin embargo, se ven poco porque tienen poca vida social. Uno de los eventos que los reúne es la celebración de la Virgen de Urkupiña en agosto.
Tanto Jhony, como su esposa Teresa dicen ser recibidos muy bien en la ciudad, incluso mencionan que el intendente Gazzoni los ha convocado a participar de los eventos que realiza el municipio «sin tener la obligación».
«Acá se puede vivir, podemos trabajar. Sí se nos complica volver a Bolivia porque necesitamos más plata (por el tipo de cambio)«, cuenta Jhony y agrega que a Argentina vienen jóvenes con ganas de trabajar y estudiar:
«Hay muchos chicos que se van a trabajar a las quintas, con el tercer año de una carrera universitaria porque no pueden mantenerse».
Estamos lejos
Ante los hechos ocurridos en Bolivia, ellos van siguiendo por las redes los eventos y con mucha confusión. Según argumentan hay mucha división entre padres e hijos que piensan distinto.
«Mi mamá lo apoya a Evo porque dice que ha hecho cosas que otros no hicieron. En cambio mi hermana dice que hay mucho narcotráfico y que el gobierno no escucha al pueblo. Se juntan y se agarran», cuenta Teresa.
Piden la paz para su país, «es muy violento y muy feo lo que se ve por Facebook«, concluyen.
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