Los forenses confirmaron que la adolescente no fue violada y que murió por asfixia. El femicida la semienterró con vida en un descampado a 300 metros del boliche en donde la vieron por última vez.
La autopsia de Agustina Imvinkelried, relevó que intentó defenderse antes del crimen. Tenía marcas en las manos y los brazos que constatarían esta hipótesis, según determinaron estudios forenses.
La víctima tenía «muy dañada» la cara, ya que el asesino la golpeó con mucha fuerza, sobre todo en los ojos. Agustina fue semienterrada con vida y agonizó: encontraron tierra en los pulmones.
El principal sospechoso, Pablo Trionfini, la llevó a un descampado a 300 metros del boliche en donde vieron por última vez a la adolescente, y allí cometió el hecho aberrante. Luego se comprometió con su novia y finalmente se quitó la vida. El asesino era el hermano del secretario de gobierno de la Municipalidad de Esperanza.
