Luego de la escalada del dólar que produjeron los mercados financieros desde comienzo de la corriente semana, tras el resultado de las elecciones primarias, era de esperar que los precios de los comercios mayoristas y minoristas se comiencen a mover.
Si bien hay una gran parte de proveedores que no venden sus productos a causa de la inestabilidad de la moneda estadounidense, hay supermercados que comenzaron a aumentar de un 15% a un 25% sus precios, según el rubro y la exposición de los insumos al precio del dólar.
El primero en sentir los aumentos fue el supermercadismo, que se encontró con listas de incrementos en algunos de los fabricantes líderes de productos, como Molinos y Arcor. Además, todo lo que provenga de granos y de oleaginosas se encuentra convulsionado por el impacto del dólar y los plazos de venta.
Por tratarse de una materia prima esencial en la elaboración del pan, la harina es foco de atención. Desde la molinería se asegura que, al no haber precios de referencia para el trigo, se hace muy difícil ponerle un valor a la harina para la venta.

Definitivamente lo que más preocupa a la sociedad es la industria de la carne que, si bien desde la industria frigorífico aún no logran asegurar los efectos concretos de la devaluación, en el Mercado Norte de Córdoba ya se siente.
Los dos a tres pesos por kilo vivo que subió el martes último el precio de la hacienda en el Mercado de Liniers, representan una tendencia de lo que puede ocurrir con el valor de los cortes vacunos al mostrador. Por su parte, la carne de cerdo mantiene por ahora sus precios, mientras que el pollo aumentó a $95 el kg.
Sin embargo, la suba de precios no solo comenzaron a sentirse en alimentos, sino que también en materiales de construcción, químicos e insumos industriales. En algunos rubros, proveedores no modificaron las listas hasta tanto no se estabilice la moneda norteamericana. Por su parte, desde el sector de combustibles confirmaron que no habrá suba, al menos durante esta semana.
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