El fin de semana, una acción que emociona y merece reconocimiento estuvo a cargo del grupo de voluntarios «Sembrando Esperanza»: forestó con plantas autóctonas el costado de la ruta 17, once kilómetros que separan a las localidades Obispo Trejo y Chalacea.
Hace poco más de dos años, este grupo de vecinos autoconvocados se unió en pos del medio ambiente, con el sueño de hacer más verde este planeta. Son oriundos de Obispo Trejo y desde el 11 de junio de 2017 realizan la plantación de árboles alrededor de la zona.
Después de plantar alrededor de mil árboles en su localidad, nació el sueño de este proyecto, que busca unir Chalacea con Obispo Trejo. Así, el grupo de voluntarios plantó cada 10 metros un algarrobo, llegando a un estimativo de 1100 plantas en total. Para facilitar la tarea, se ayudaron con una hoyadora motorizada que prestó uno de los voluntarios.
Desde el Facebook de Sembrando Esperanza, enfatizaron que la jornada de sábado fue «especial» y «gratificante» por dos razones principales: además de los «142 algarrobos plantados y 1600 metros avanzados, también tuvimos nuevos integrantes a la jornada que hicieron más liviano y ameno el trabajo».
El grupo actualmente está conformado por Mauricio Gudiño, Ramona Almada, Javier Gómez, Mariana Cristante, Roberto Gaido, Mónica Moyano, Iván molina, Mirta Medina, Nadir Zarate, Claudio Dadone, Teresa Palacios, Graciela Ocaña, Julián Dadone, Kevin Gaido, Gustavo Almada, Kevin Pacheco, Jonathan Ponce, Adrián Juncos y Claudia Ingas. Además, según lo destacó La Voz, decenas de voluntarios colaboran con donaciones que se destinan a la compra de árboles o herramientas necesarias.
«Como para rematar la tarde», explican desde el grupo, «tuvimos una denuncia telefónica anónima a la gente de Ecogas». En ese contexto, desde la empresa de gas que tiene su sucursal principal en Córdoba capital, enviaron un inspector para «verificar que la tarea realizada no pone en riesgo el gasoducto troncal», enterrado al lado del alambrado rural donde realizaban las plantaciones.
Sin embargo, su preocupación se esfumó cuando escucharon las palabras del inspector: «felicitaciones por lo que están haciendo». Así, tras corroborar que no estaban cerca del gasoducto ni que el mismo corre algún riesgo, la jornada continuó con su rumbo. Cabe destacar que, antes de comenzar la tarea, hace un par de meses, el grupo consultó «a la gente que trabaja en el lugar para evitar problemas futuros».

En el día del árbol, una parte del grupo se movilizó hacia la localidad de Chalacea y participó de un proyecto educativo en el CE Arturo Capdevila. En ese momento, una publicación de Facebook resumió sus ganas, gratitud y compromiso con el cuidado del medio ambiente: «agradecer a las personas e instituciones que nos tienen en cuenta y valoran nuestra tarea, seguir adelante y esforzarnos aún más son las consecuencias de estas participaciones».
Además de confesar que es «tan importante para nosotros hacer la tarea como así también poder difundirla con el solo objetivo de concientizar, en este caso a los más chicos», Sembrando Esperanza subrayó:
«Entre todos podremos tener un lugar mejor para vivir y desarrollarnos si decidimos cuidar la naturaleza»